En la entrada anterior hicimos un repaso general sobre la evolución
madurativa en lo que a tamaño se refiere. Hablamos de edad biológica. Un método
preciso para hallar la edad biológica es mediante el cálculo de la edad ósea.
Normalmente este método no estará a nuestro alcance y es costoso. Por eso, os
presento una alternativa que he conocido este año a través del Minor in Sport
Performance and Enhancement que estoy estudiando en Nijmegen (Holanda) y he
utilizado en un equipo de baloncesto sub-16. Básicamente lo que hace es estimar
la “maturity offset”, que viene a
ser el estado madurativo de los niños (tiempo en años desde el PHV) usando variables
antropométricas (altura, altura sentado, longitud de piernas y peso).
Recordemos que el PHV (Peak Height
Velocity) es el momento de la vida de un individuo en el que su tasa de
crecimiento aumenta considerablemente (sin tener en cuenta los primeros años de
vida, ya que a la edad de 2 años los niños a menudo miden la mitad de la que
será su altura adulta). Esto suele ocurrir justo antes o durante la pubertad.
Para llevar a cabo esta estimación hará falta, como ya he dicho, saber
algunos parámetros antropométricos (todos en centímetros): altura, altura sentado
(desde el extremo superior de la cabeza hasta el plano de sustentación) y longitud de las piernas (resultante de
restar la altura sentado a la altura). También hay que saber el peso (Kg) y la fecha de nacimiento de
los deportistas. Es importante realizar las mediciones rigurosamente con una
técnica de medida adecuada para que los resultados sean lo más válidos y
fiables posible. Para aplicar las fórmulas hay que saber la edad exacta a día
de la medición de las variables antropométricas. Ésta se obtiene de: ((día del
mes las mediciones – día de nacimiento) / 365) + ((mes de las mediciones – mes
de nacimiento) / 12) + (año de las mediciones – año de nacimiento). Tras saber estos datos, sólo
quedaría aplicar las siguientes fórmulas aportadas por Mirwald et al. (2002).
En chicos:
Maturity offset= -9,236 + 0,0002708 x (Longitud de piernas x Altura
sentado) – 0,001663 x (Edad x Longitud de piernas) + 0,007216 x (Edad x Altura
sentado) + 0,02292 x (Peso / Altura x 100).
Según los autores, esta fórmula presentó un R = 0,94 (R2 =
0,891).
En chicas:
Maturity offset= -9,376 + 0,0001882 x (Longitud de piernas x Altura
sentado) + 0,0022 x (Edad x Longitud de piernas) + 0,005841 x (Edad x Altura
sentado) – 0,002658 x (Edad x Peso) + 0,07693 x (Peso/Altura x 100).
Para la fórmula de las chicas R = 0,94 (R2 = 0,890).
Los autores del artículo dicen que el estado madurativo puede ser estimado
con un error de ±1 año en el 95% de los casos, lo que sería suficiente para
llevar a cabo una clasificación de estado madurativo. Hay que tener en cuenta
la dificultad del asunto, puesto que no hay ningún método infalible ni cien por
cien preciso. Además otros métodos requieren de unos recursos y un material del
que en la gran mayoría de ocasiones no dispondremos. Por tanto, considero este
método como muy útil para tener una idea del estado madurativo de nuestros
deportistas.
Aquí os dejo la tabla del equipo de baloncesto sub-16 en el que he aplicado
el método. El PHV se obtiene de restar el resultado de "maturity offset" a la edad calculada. Así obtenemos la edad a la que el deportista tuvo (o tendrá, si el resultado de "maturity offset" es negativo) el PHV. En este caso, todos los jugadores han pasado el PHV (porque el
resultado de “maturity offset” son números positivos), pero los datos
remarcados en color verde señalan a los jugadores que lo han superado hace
menos de un año, por lo que su velocidad de crecimiento aún debe de ser
importante. En cambio, al final de la tabla aparecen jugadores que tuvieron el
PHV hace más de 2 años. De estos deportistas no se espera mucho más
crecimiento.
Como veis en esta gráfica, en el mismo equipo tenemos, por ejemplo, a Steff,
cuyo estado madurativo es muy superior a la media (en años), y a Martijn, que
recientemente ha pasado su PHV. Ya en la anterior entrada mencioné algunas de
las aplicaciones prácticas que podía tener este hecho.
Esto es todo en esta entrada, espero que os haya gustado, que la apliquéis
y que me dejéis saber qué tal os ha ido.
Referencias:
Mirwald, R. L.,
Baxter-Jones, A., Bailey, D. A., & Beunen, G. P. (2002). An assessment of
maturity from anthropometric measurements. Medicine and Science in
Sports and Exercise, 34(4), 689-694.
Kenney, WL.,
Wilmore, JH., & Costill, DL. (2012). Physiology
of sport and exercise. Estados Unidos: Human Kinetics.
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