Son muchas (y probablemente cada vez más) las personas interesadas en ganar
masa muscular. Para conseguirlo con mayor eficacia, a parte del entrenamiento,
es conveniente seguir ciertas pautas alimentarias, puesto que está demostrado
científicamente que una dieta adecuada optimiza la ganancia de masa muscular
estimulada por entrenamiento. Pero, ¿qué hay de verdad en todas las
recomendaciones nutricionales que se transmiten “de boca a boca” en los centros
deportivos? ¿Merece realmente la pena gastarse dinero en suplementación? Este
es un tema sobre el que se puede hablar largo
tendido, pero en esta entrada me voy a centrar en recomendaciones acerca
de las proteínas basándome en una revisión del año 2012 publicada en la Revista
Española de Nutrición Humana y Dietética.
Para estimular la hipertrofia (aumento del tamaño muscular) hay consenso en
la comunidad científica que apunta al
entrenamiento de fuerza con intensidades del 70-80% RM (Repetición Máxima)
hasta el agotamiento (o casi) como el método más óptimo para conseguirlo. Este
entrenamiento es eminentemente anaeróbico y suele realizarse moviendo
resistencias externas. En un ejercicio de estas características las proteínas
son una fuente energética prácticamente insignificante (menos del 5% del gasto
energético total). Lo que sí provoca este tipo de entrenamiento es un alto
catabolismo muscular, que después será compensado, provocando el crecimiento
muscular por adaptación. Así es, en líneas muy generales, como actúa el
entrenamiento de hipertrofia o ganancia de masa muscular. Según esto, queda
claro que hay que recomponer ese músculo “roto”, músculo que como todos, está
constituido de estructuras proteicas. Para ello, el organismo recurre a las
proteínas ingeridas y a los hidratos de carbono (HC), de los que se obtiene la
energía para realizar esta tarea.
Las proteínas no solamente tienen la función estructural en el músculo,
sino que forman parte del pelo, del sistema inmunitario, de las hormonas, de
los ligamentos, etc. En una dieta equilibrada para una persona normal, el
10-15% de la ingesta calórica ha de ser proteínas. Para la población deportista
estas referencias pueden variar, sobre todo, en función del tipo de deporte
practicado. Aunque es recomendable mantener el porcentaje de proteínas
(10-15%), la cantidad (gramos) por Kg de peso de la persona y por día si debe
de variar con respecto a las recomendaciones para la población normal. Este
asunto de controlar la ingesta de proteínas es de vital importancia para el
rendimiento, ya que un déficit en la dieta produce una disminución de la
capacidad de máxima potencia muscular, limitando el rendimiento (incluyendo los
entrenamientos) y, consecuentemente, las ganancias.
¿Qué cantidad de proteínas es
adecuada para un óptimo crecimiento muscular?
Las recomendaciones suelen darse en gramos por Kg de peso por día
(g/Kg/día). La pauta sería una ingesta
de 1,6-1,8 g/Kg/día de proteína para aumentar la masa muscular. Hay que matizar
que sería más adecuado darlas en gramos por Kg de masa muscular por día. Por
ejemplo: dos personas de 70 Kg, las dos quieren ganancia muscular, pero sus
estudios antropométricos revelan que una tiene mayor masa magra que la otra. En
este hipotético caso, la persona con mayor masa magra, a pesar de pesar 70 Kg
como la otra, requeriría mayor ingesta proteica. Dicha mayor ingesta no estaría
reflejada en la recomendación dada en gramos por Kg de peso por día. Sobre este
hecho hay pocas evidencias, siendo la recomendación de 3,3-3,4 g de proteínas
por Kg de masa magra al día para lograr un máximo desarrollo muscular.
Es importante saber que en cada
ingesta se asimilan 25-30 g de proteína, por lo que una ingesta mayor sería
inútil.
¿Qué pasa si se toma un exceso de
proteínas?
Las proteínas no se pueden almacenar (como sí ocurre con las grasas y los
HC), por lo que un exceso en su ingesta puede producir acúmulo en forma de
grasas por procesos de transaminación y desaminación. Por otro lado, si hay
exceso de un aminoácido (puede darse si la suplementación es de un solo
aminoácido en concreto), se podría ver perjudicada la absorción de otros que se
encuentren en menor cantidad, puesto que existe competencia entre ellos. De
pasar esto, se podría ver afectada la síntesis proteica (crecimiento muscular)
o darse déficit de algún aminoácido esencial (son aquellos que no fabrica el
organismo y que deben ser aportados por la dieta).
¿Son necesarios los suplementos
proteicos?
Las necesidades proteicas en general son tan relativamente bajas y son tan
fácil de encontrar en los alimentos que puede darse la situación de que con la
ingesta cotidiana se abastezcan los requerimientos recomendados, por lo que la
toma de suplementos no supondría ventaja alguna, sino gasto de dinero
innecesario (Keith, 1996). Por si fuera poco, numerosos estudios recomiendan
que la suplementación proteica sea procedente de alimentos en estado natural si
es que se da el caso de necesidad de suplementación para alcanzar el aporte de
proteínas necesario (Kerksick et al., 2008; Paul, 1989; Elliot et al., 2006;
Phillips et al., 2009). Las cantidades de proteína necesarias se pueden
conseguir con una dieta bien planificada y equilibrada. Aun así, la
suplementación artificial estaría justificada bajo mi punto de vista si por algún
motivo es difícil conseguir los alimentos adecuados (como puede ser el trabajo,
varias sesiones de entrenamiento al día, o una ingesta calórica recomendada tan
grande que habría que estar todo el día comiendo). Por otro lado, el papel de
los suplementos con aminoácidos ramificados es controvertido, aunque podrían
tener una función preventiva que redujese la degradación de proteínas durante
el ejercicio. La leucina, por ejemplo, podría ayudar en la recuperación
muscular, puesto que disminuye los parámetros que indican degradación muscular
(creatinkinasa (CK) y lactato deshidrogenasa (LDH)). No está demostrado que
aumenten el rendimiento deportivo. La creatina, por su parte, es un aminoácido
que sí ha demostrado favorecer la hipertrofia muscular. La suplementación con
creatina hace que haya mayor reserva de creatina en el músculo, por lo que en
un ejercicio anaeróbico, se ve favorecida la resíntesis de fosfocreatina. Hay
que tener en cuenta que la creatina siempre va asociada a agua, por lo que al
entrar más creatina en el músculo, también entrará más agua. Esto hace que a
veces se vea una ganancia en volumen que no siempre se deba a mayor tamaño de
las fibras (hiperplasia sarcomérica), sino a mayor contenido en agua
(hiperplasia sarcoplásmica).
¿Se debe aumentar la ingesta
calórica?
Sí, puesto que para sintetizar más tejido muscular hace falta energía. Las
recomendaciones van desde 2.300-3.500 kcal extra por semana (329-500 kcal/día)
(Forbes y Powers, 1994) o 500 kcal/día para ganar 0,5 Kg de peso magro a la semana
(Bartels et al., 1992) hasta un aumento del 15% sobre el gasto energético total
(Tarnopolsky, 2004; Lambert, Frank y Evans, 2004). En definitiva, una
aportación calórica diaria extra de unas 400-500 kcal.
¿Cuándo tomar las proteínas?
Además de en cada comida principal del día, tras el entrenamiento, puesto
que en las 2 primeras horas (principalmente) tras el entrenamiento aumenta de
manera importante el anabolismo proteico. Esto se conoce como “ventana
anabólica”, y se produce el paso de proteínas a los músculos para “reparar” las
estructuras dañadas con el entrenamiento. Además se favorece también el paso de
glucosa a los músculos, por lo que es conveniente combinar las proteínas con HC
para restablecer los depósitos de glucógeno musculares, lo que hace que los
procesos anabólicos se den con más eficacia. La proporción adecuada es 4-3 g de
HC por cada gramo de proteínas, y la cantidad, 1 g de HC por cada Kg de peso de
la persona en cuestión. Importante que los HC sean simples y de alto índice
glucémico para que su asimilación sea lo más rápida posible. Un ejemplo sería
combinar leche desnatada con zumo.
Por otro lado, hay que garantizar una ingesta de HC diaria adecuada a las
necesidades y que sirvan para restablecer los depósitos de glucógeno, puesto
que no ser así, el organismo podría recurrir a proteínas musculares para
obtener energía.
Y con esto se acaba esta toma de contacto con las proteínas, el
entrenamiento y la ganancia de masa muscular. Para concluir, repetir la idea de
que con una dieta equilibrada podemos obtener suficiente cantidad de proteínas
para abastecer las recomendaciones para favorecer ganancias de masa magra. De
no llegar a estas necesidades, mejor tomar un suplemento de proteínas
hidrolizadas y no de aminoácidos específicos. Y no olvidar combinar proteínas e
HC porque se ayuda a restituir los depósitos de glucógeno muscular y porque se potencian los procesos anabólicos
(crecimiento).
Fuente:
Urdampilleta, A., Vicente-Salar, N. & Martínez, J. M. (2012). Necesidades
proteicas de los deportistas y pautas diétetico-nutricionales para la ganancia
de masa muscular. Revista Española de Nutrición
Humana y Dietética, 16(1), 25-35.
Gracias por la información sobre los suplementos de nutrición deportiva. Los suelo tomar para aumentar la masa muscular y mantener los huesos fuertes.
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